El sacerdote Petrica Bratu, preocupado por el hecho de que los jóvenes no respetan más las tradiciones cristianas, se propuso reducir así el número de las parejas que "viven en pecado", informó el diario Evenimentul Zilei (EZ).
"El vestido blanco de novia no tiene más sentido si los jóvenes viven en la depravación. Así se menosprecia el sacramento del matrimonio", señaló Bratu, tras precisar que los feligreses estuvieron de acuerdo con imponer esa tasa.
El sacerdote encontró la idea buscando en el archivo de la parroquia, donde hace más de un siglo estaba consignado que los que no frecuentaban la Casa del Señor, no confesaban sus pecados o vivían en pecado, tenían que pagar un impuesto.
El valor de la "tasa de fornicación" puede variar entre 15 euros (unos 10 mil pesos) para casos menos graves y 100 euros (poco menos de 67 mil pesos), si la novia es llevada al altar embarazada o con el niño en brazos.
El sacerdote decidió aplicar el impuesto por "vivir en pecado" preocupado porque los jóvenes de su país no respetan las tradiciones cristianas y menosprecian el sacramento del matrimonio.
El Consejo Parroquial de la Iglesia Santa Parasqueva de la localidad Valea Sarii, al este de Rumania, decidió imponer a los novios que viven en concubinato una "tasa de fornicación" que deben pagar en la boda por la iglesia.
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