La Policía de Nueva Zelanda pretende pulverizar agua sobre las rutas del país para liberar a los espíritus de quienes fallecieron en accidentes. La iniciativa ha resultado ser un éxito.
El rito se realiza con un tanque de 10 mil litros, un policía y una comitiva de jefes de la tribu Maorí. El agua es extraída del río Waikato, ubicado en un área donde muere mucha gente a causa de los accidentes de tránsito.Jason Everett, inspector de la Policía de Manukau, explicó que "en la cultura Maorí, ellos creen que cuando alguien es asesinado en tales circunstancias su 'waira', o espíritu, no puede moverse hasta que lo sagrado es limpiado.Dick Waihi, oficial de la policía local, destacó que luego de la primera ceremonia "han recibido una amplia respuesta". Por su parte, Leo Tooman, director de la policía de Waikato señaló: "Todo lo que ayuda es meritorio... ¿o no?".
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