jueves, mayo 10, 2007

Un tetrapléjico recorre 10 km de autovía en su silla para ir un club nocturno


"Iba a cachetearse". Así, sin pelos en la lengua, se dirigió José Antonio Navarro a la autoridad cuando le dieron el alto en su silla motorizada, el pasado viernes, en la autovía Ferrol-As Pontes. «Me pasé el cruce», prosiguió este interno del Centro de Atención de Minusválidos Físicos (CAMF).

A sus 42 años, Navarro no se ruboriza al reconocer que se dirigía a un club nocturno próximo al complejo en el que reside. Quería alegrarse el cuerpo. «Tengo parálisis cerebral desde los cinco meses de edad», cuenta. Pero esto no le exime de la actividad sexual. «La gente aquí está a muchos años luz de todo -filosofa- y se creen que por el mero hecho de estar en una silla no podemos..., y eso me molesta», apostilla. José Antonio sueña con encontrar una novia: «Me gustan morenitas y con rasgos indios, pero prefiero que me entren ellas porque soy muy tímido». Sin embargo, consciente de sus limitaciones, dice que no le queda más que recurrir a la prostitución. «Ya estuve hace tres años allí», dice. Pero entonces no consumó el acto porque «no pude entrar en la habitación con la silla». En su opinión, los clubes de alterne deberían estar adaptados.

Navarro critica ahora la actuación de la policía cuando lo interceptaron a unos diez kilómetros autovía adentro: «Montaron un lío...». Una ambulancia lo recogió y lo llevó de vuelta al centro. Eso sí, no descarta volver a intentarlo cualquier otro día, cuando esté de humor.

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