Si conseguir un juego de alcoba es una tarea a menudo fatigosa en los planes de una futura pareja de esposos, si uno de los novios es Bao Xishun, es casi una misión imposible.
Y es que sus 2,36 metros de altura no son sólo una demostración de que el crecimiento chino supera el ámbito económico sino que además lo convierten en un habitante atípico relegado por la masividad de la industria de camas y colchones del país.
Xishun, de 56 años, quien se casará a finales de esta semana con Xia Shujuan, de 29 y 63 centímetros menos, fue apodado el "rompe camas" por sus amigos, no por su éxito en la intimidad ni mucho menos por su habilidad para desarmar matrimonios, sino porque literalmente ha roto varios lechos debido a sus dimensiones naturales.
La importancia de la cama va mucho más allá de la intensidad de la luna de miel y es la zona neurálgica del matrimonio, por esta razón una compañía china de camas se comprometió a realizar una cama a la "altura" de sus necesidades.
Pero no sólo la cama correrá por cuenta de este fabricante, quien realizará toda la dotación del nuevo apartamento de la pareja, según el diario Zhejiang Online.
Pese a que con el matrimonio Shujuan se compromete a "amarlo hasta que la muerte los separe",
Bao indicó a la prensa que esperaba tener un hijo que no fuera "demasiado grande, porque es algo que trae problemas".
En un sondeo realizado por Sohu, más del 30% de los internautas estimó que la descendencia de Bao y Xia mediría más de dos metros y que su futuro profesional se encontraría en el mundo del baloncesto.
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